La credibilidad es uno de los
factores más importantes para un entrenador de fútbol base que quiere
comunicarse de forma efectiva y sincera con sus jugadores. Al principio, y
prácticamente sin excepciones, los futbolistas jóvenes dan credibilidad a su
entrenador, al ser para ellos una figura prestigiosa. No obstante, más
adelante, es al propio entrenador a quien corresponde mantener o aumentar su
credibilidad mediante las siguientes actitudes;
- Ser espontáneo en el trato
- Mantener siempre el ánimo elevado
- Expresarse con palabras que reflejen
un estado emocional positivo
- Incidir siempre en los aspectos
positivos
- Ser coherente entre lo que dice y lo
que hace.
El enfoque positivo en la comunicación
La habilidad más importante que puede
aprender un entrenador de fútbol base es la de comunicar con un enfoque
positivo las charlas técnicas, recomendaciones, elogios, etc.
- El enfoque
positivo realza las conductas que son deseables, mientras que el enfoque negativo
está presente en el castigo y la crítica destructiva,
- El enfoque
positivo promueve la creatividad del futbolista; en
cambio, el enfoque negativo
marca básicamente qué es lo que no se debe hacer para «enfadar» al entrenador.
Para Ares
A, Chicharro F (2008) dicen “no obstante, esto no quiere
decir que haya que estar siempre repartiendo elogios y reconocimientos, o que
se deba pasar por alto el incumplimiento de una instrucción o una norma. Pero
puede hacerse de una manera positiva para que sea el propio niño quien se
autoevalúe” (p.58)
Según
Ares, A.
Chicharro, F (2008)
Hay
entrenadores que utilizan el punto de vista negativo porque probablemente
manejan expectativas irreales sobre las posibilidades y actitudes de sus
jóvenes jugadores. Estos entrenadores olvidan con frecuencia que los niños aún
no han madurado. Cuando un entrenador tiene expectativas irreales, se fija poco
en los futbolistas y más bien trata de adaptar a los niños y jóvenes para
conseguir el éxito. En consecuencia, los niños y jóvenes se sienten frustrados
y/o rechazados porque no logran los objetivos que pretende su entrenador ya que
su estructura física y/o mental no les acompaña. (p. 58)
Igual de importante que explicar
nuestras metas es conseguir que los niños y jóvenes se diviertan, ya que el
entrenador de iniciación al fútbol debe infundir el gusto por el deporte. Otra
razón por la que los entrenadores utilizan el punto de vista negativo es porque
ellos mismos creen que así pueden conseguir mejores resultados.
Ocasionalmente este enfoque funciona
y puede ayudar a los futbolistas a aprender qué es lo que no gusta al
entrenador, pero a costa de reprimir la creatividad. Además, cuando los
resultados no acompañan, la motivación se convierte en ansiedad y estrés.
Llegados a este punto, los niños y jóvenes jugarán intentando no equivocarse y
dejarán de correr riesgos para evitar el enfado del entrenador. Este enfoque
funciona dos o tres meses como máximo; al cabo de este tiempo los futbolistas
de iniciación o lo rechazan, o se retiran, o el entrenador pierde
credibilidad.
Muchos entrenadores piensan que su
medio de comunicación son las órdenes, y se sienten cómodos ejerciendo la
autoridad, ya que tienen la potestad de juzgar a sus jugadores, decidir si lo
han hecho bien o mal, excluir o incluir a alguien en el equipo, etc. Los
entrenadores que tienen éxito con futbolistas de iniciación no son jueces; son
«maestros» que reconocen a los seres humanos en el grado de madurez en que se encuentran.
En realidad, los deportes por sí
solos son un examen durante el curso de la competición o del entrenamiento; el
propio niño reconoce en qué momento ha jugado mal. El futbolista de iniciación
requiere que su entrenador sea tolerante con los errores ya que la tolerancia
es una herramienta pedagógica y forma parte del aprendizaje.
En la comunicación humana, y con más
razón en los jóvenes que se inician en la práctica del fútbol, se busca un
líder a quien admirar e imitar. En esta etapa de crecimiento en que los jóvenes
(adolescentes y niños) no tienen un líder o un ejemplo natural fuera de casa,
buscan al entrenador como modelo, y adquieren por imitación las conductas del
propio entrenador para desarrollarse en el fútbol. Por eso es importante que
el entrenador de fútbol base tenga unas cualidades de comunicación que
faciliten el desarrollo, tanto deportivo como personal, de sus jóvenes
alumnos.
Pero ¿cuáles son esas cualidades de comunicación?
Pasemos a revisar cada una de ellas:
Los entrenadores de éxito, en todas
las categorías, tienen en la coherencia su característica fundamental. Es
importante resaltar que en el fútbol, y más en el de iniciación, nos rodean
circunstancias que invitan o fuerzan a cambiar de opinión y de actitudes a cada
momento, y esto puede convertir a un entrenador en voluble, que más que
adaptarse a las circunstancias interprete de forma equivocada los contextos.
Es fácil hacer una cosa y predicar la
otra. Algunas veces pensamos una cosa, nuestro lenguaje verbal trasmite otra,
e inclusive nuestro lenguaje corporal no verbal indica un tercer mensaje
totalmente diferente. Cualquier persona que reciba estos mensajes diferentes estará
totalmente confundida; pues bien, imaginen cuánto más lo estará un niño o un
adolescente que desconoce el ambiente del fútbol y sus claves.
El entrenador exige al joven que se
calme cuando juega, pero éste ve que ante una jugada dudosa sancionada por el
árbitro, ese mismo entrenador insulta y grita de manera poco educada. El
propio entrenador, durante los entrenamientos, le exige respeto para sus
compañeros de equipo, pero él les trata irrespetuosamente. Aconseja a los
jugadores que tengan confianza en sí mismos, pero en el descanso comienza a
gritarles porque han cometido un error, de modo que destruye su autoconfianza.
Cuando un entrenador se comporta de esta manera, no debe sorprenderle que sus
futbolistas piensen y se expresen de forma hipócrita.
Es importante respetar la palabra
dada, ya que decir una cosa e inmediatamente cambiarla es otra forma de
incoherencia que resulta devastadora. Si se hace una promesa -sea positiva o
negativa- hay que cumplirla. Unos pocos fallos en este sentido, y los
futbolistas de iniciación aprenderán a no creerle, lo cual reducirá
sensiblemente el control que ejerce sobre ellos. Si el entrenador no cumple el
premio prometido, disminuye las ventajas que le concede su facultad de premiar
y debe recurrir al castigo como procedimiento de estilo en el entrenamiento.
2.
Tener una actitud de escucha
Se pueden hacer muchas cosas para
mejorar la habilidad de escucha, por ejemplo:
■ Reconocer la necesidad de ser escuchados
que tienen los futbolistas jóvenes.
■ Estar atento a lo que se dice y, al
final, hacer un pequeño resumen de lo hablado.
■ Escuchar atentamente y sin
interrumpir aunque se sepa lo que se va a decir.
■ Responder siempre de manera constructiva,
positiva, y con sinceridad.
■ Preguntar cuando no se entiende lo
que se quiere comunicar. La utilización de preguntas es una parte fundamental
de la escucha.
Víctor Muñoz, entrenador del
Zaragoza, respondía así en una entrevista previa a la final de la Copa del Rey
que iba a disputar ante el Real Madrid (y que ganó el Zaragoza): «Me encanta
que mis jugadores me pregunten por qué hacemos las cosas. Eso se llama
implicación. Yo como jugador preguntaba. Era respetuoso, pero quería saber».
En el fútbol, durante el partido, el
entrenador tiene pocas posibilidades de comunicarse directamente con sus
jugadores, por ello varios análisis y estudios estiman que el 70% de la
comunicación de un entrenador en el fútbol es no verbal. En el mundo del
balompié y más en el de iniciación surgen multitud de ocasiones en que la
comunicación no verbal es esencial para el desarrollo de las habilidades
técnicas y tácticas. En la comunicación no verbal, o también llamada comunicación
corporal, deben tenerse en cuenta diversos aspectos:
- Posición corporal: Es importante el espacio
personal entre el entrenador y los futbolistas de iniciación, además de la
posición de su cuerpo con respecto a los demás.
4.
El propio entrenador como modelo
Es importante recordar que cualquier
conducta del entrenador, dentro y fuera del campo, es un modo de comunicación
no verbal. Es importante tener en cuenta este aspecto, porque la mayoría de los
entrenadores parecen olvidar que sus gestos y actitudes se quedan impregnados
profundamente en los futbolistas de iniciación.
A través del conocimiento mutuo,
el entrenador puede enseñar muchas más cosas que las habilidades y reglas del
fútbol. Es importante que sea deportivo y humilde tras una victoria y reconocer
la justicia en la derrota y también el primero en respetar las
reglas internas del equipo y del fútbol. Es el entrenador quien debe enseñar a
sus jugadores como se deben afrontar las situaciones cuando algo sale mal Los
futbolistas de iniciación se verán influidos por lo positivo o lo negativo que
el entrenador les comente y ejemplifique. (p.57, 58, 59, 60, 61,62).
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