sábado, 15 de agosto de 2015

COMUNICACIÓN ENTRENADOR - JUGADORES.

(La credibilidad como factor en la comunicación)
La credibilidad es uno de los factores más importantes para un en­trenador de fútbol base que quiere comunicarse de forma efectiva y sincera con sus jugadores. Al principio, y prácticamente sin excepcio­nes, los futbolistas jóvenes dan credibilidad a su entrenador, al ser pa­ra ellos una figura prestigiosa. No obstante, más adelante, es al propio entrenador a quien corresponde mantener o aumentar su credibilidad mediante las siguientes actitudes;
  • Ser espontáneo en el trato 
  •   Mantener siempre el ánimo elevado 
  •  Expresarse con palabras que reflejen un estado emocional positivo 
  •  Incidir siempre en los aspectos positivos 
  •  Ser coherente entre lo que dice y lo que hace.
El enfoque positivo en la comunicación
La habilidad más importante que puede aprender un entrenador de fútbol base es la de comunicar con un enfoque positivo las charlas técnicas, recomendaciones, elogios, etc.
  • El enfoque positivo realza las conductas que son deseables, mientras que el enfoque negativo está presente en el castigo y la crítica destructiva, 
  •  El enfoque positivo promueve la creatividad del futbolista; en cambio, el enfoque negativo marca básicamente qué es lo que no se debe hacer para «enfadar» al entrenador.
Para Ares A, Chicharro F (2008) dicen “no obstante, esto no quiere decir que haya que estar siempre repartiendo elogios y reconocimientos, o que se deba pasar por alto el incumplimiento de una instrucción o una norma. Pero puede hacerse de una manera positiva para que sea el propio niño quien se autoevalúe” (p.58)
Según Ares, A. Chicharro, F (2008)

Hay entrenadores que utilizan el punto de vista negativo porque probablemente manejan expectativas irreales sobre las posibilidades y actitudes de sus jóvenes jugadores. Estos entrenadores olvidan con frecuencia que los niños aún no han madurado. Cuando un entrenador tiene expectativas irreales, se fija poco en los futbolistas y más bien trata de adaptar a los niños y jóvenes para conseguir el éxito. En consecuencia, los niños y jóvenes se sienten frustrados y/o rechazados porque no logran los objetivos que pretende su entrenador ya que su estructura física y/o mental no les acompaña. (p. 58)
Igual de importante que explicar nuestras metas es conseguir que los niños y jóvenes se diviertan, ya que el entrenador de iniciación al fútbol debe infundir el gusto por el deporte. Otra razón por la que los entrenadores utilizan el punto de vista negativo es porque ellos mismos creen que así pueden conseguir mejores resultados.
Ocasionalmente este enfoque funciona y puede ayudar a los futbolistas a aprender qué es lo que no gusta al entrenador, pero a cos­ta de reprimir la creatividad. Además, cuando los resultados no acom­pañan, la motivación se convierte en ansiedad y estrés. Llegados a este punto, los niños y jóvenes jugarán intentando no equivocarse y dejarán de correr riesgos para evitar el enfado del entrenador. Este enfoque fun­ciona dos o tres meses como máximo; al cabo de este tiempo los fut­bolistas de iniciación o lo rechazan, o se retiran, o el entrenador pier­de credibilidad.

Muchos entrenadores piensan que su medio de comunicación son las órdenes, y se sienten cómodos ejerciendo la autoridad, ya que tie­nen la potestad de juzgar a sus jugadores, decidir si lo han hecho bien o mal, excluir o incluir a alguien en el equipo, etc. Los entrenadores que tienen éxito con futbolistas de iniciación no son jueces; son «maes­tros» que reconocen a los seres humanos en el grado de madurez en que se encuentran.
En realidad, los deportes por sí solos son un examen durante el curso de la competición o del entrenamiento; el propio niño reconoce en qué momento ha jugado mal. El futbolista de iniciación requiere que su entrenador sea tolerante con los errores ya que la tolerancia es una herramienta pedagógica y forma parte del aprendizaje.
Otros aspectos de la comunicación en las habilidades del entrenador
En la comunicación humana, y con más razón en los jóvenes que se inician en la práctica del fútbol, se busca un líder a quien admirar e imitar. En esta etapa de crecimiento en que los jóvenes (adolescentes y niños) no tienen un líder o un ejemplo natural fuera de casa, buscan al entrenador como modelo, y adquieren por imitación las conductas del propio entrenador para desarrollarse en el fútbol. Por eso es im­portante que el entrenador de fútbol base tenga unas cualidades de comunicación que faciliten el desarrollo, tanto deportivo como perso­nal, de sus jóvenes alumnos.
Pero ¿cuáles son esas cualidades de comunicación? Pasemos a revisar cada una de ellas:
Los entrenadores de éxito, en todas las categorías, tienen en la coherencia su característica fundamental. Es importante resaltar que en el fútbol, y más en el de iniciación, nos rodean circunstancias que invitan o fuerzan a cambiar de opinión y de actitudes a cada momento, y esto puede convertir a un entrenador en voluble, que más que adaptarse a las circunstancias interprete de forma equivocada los contextos.
Es fácil hacer una cosa y predicar la otra. Algunas veces pensa­mos una cosa, nuestro lenguaje verbal trasmite otra, e inclusive nues­tro lenguaje corporal no verbal indica un tercer mensaje totalmente diferente. Cualquier persona que reciba estos mensajes diferentes es­tará totalmente confundida; pues bien, imaginen cuánto más lo esta­rá un niño o un adolescente que desconoce el ambiente del fútbol y sus claves.
El entrenador exige al joven que se calme cuando juega, pero és­te ve que ante una jugada dudosa sancionada por el árbitro, ese mis­mo entrenador insulta y grita de manera poco educada. El propio en­trenador, durante los entrenamientos, le exige respeto para sus compañeros de equipo, pero él les trata irrespetuosamente. Aconse­ja a los jugadores que tengan confianza en sí mismos, pero en el des­canso comienza a gritarles porque han cometido un error, de modo que destruye su autoconfianza. Cuando un entrenador se comporta de esta manera, no debe sorprenderle que sus futbolistas piensen y se expresen de forma hipócrita.
Es importante respetar la palabra dada, ya que decir una cosa e inmediatamente cambiarla es otra forma de incoherencia que resulta devastadora. Si se hace una promesa -sea positiva o negativa- hay que cumplirla. Unos pocos fallos en este sentido, y los futbolistas de ini­ciación aprenderán a no creerle, lo cual reducirá sensiblemente el control que ejerce sobre ellos. Si el entrenador no cumple el premio prometido, disminuye las ventajas que le concede su facultad de premiar y debe recurrir al castigo como procedimiento de estilo en el entrenamiento.

2.            Tener una actitud de escucha
Se pueden hacer muchas cosas para mejorar la habilidad de escucha, por ejemplo:
Reconocer la necesidad de ser escuchados que tienen los futbolistas jóvenes.
Estar atento a lo que se dice y, al final, hacer un pequeño resumen de lo hablado.
Escuchar atentamente y sin interrumpir aunque se sepa lo que se va a decir.
Responder siempre de manera constructiva, positiva, y con sinceridad.
Preguntar cuando no se entiende lo que se quiere comunicar. La utilización de preguntas es una parte fundamental de la escucha.
Víctor Muñoz, entrenador del Zaragoza, respondía así en una entrevista previa a la final de la Copa del Rey que iba a disputar ante el Real Madrid (y que ganó el Zaragoza): «Me encanta que mis jugadores me pregunten por qué hacemos las cosas. Eso se llama implicación. Yo como jugador preguntaba. Era respetuoso, pero quería saber».
En el fútbol, durante el partido, el entrenador tiene pocas posibilidades de comunicarse directamente con sus jugadores, por ello varios análisis y estudios estiman que el 70% de la comunicación de un en­trenador en el fútbol es no verbal. En el mundo del balompié y más en el de iniciación surgen multitud de ocasiones en que la comunicación no verbal es esencial para el desarrollo de las habilidades técnicas y tácticas. En la comunicación no verbal, o también llamada comunica­ción corporal, deben tenerse en cuenta diversos aspectos:
  • Posición corporal: Es importante el espacio personal entre el entrenador y los futbolistas de iniciación, además de la posición de su cuerpo con respecto a los demás.
  • Movimientos del cuerpo (incluidos pies, manos, gestos, piernas y brazos, sin olvidarnos de los ojos). u Características vocales (no referidas al mensaje verbal): Incluyen calidad de voz, tonos, inflexiones de la voz, resonancia y emoción.
4.             El propio entrenador como modelo
Es importante recordar que cualquier conducta del entrenador, dentro y fuera del campo, es un modo de comunicación no verbal. Es importante tener en cuenta este aspecto, porque la mayoría de los entrenadores parecen olvidar que sus gestos y actitudes se quedan impregnados profundamente en los futbolistas de iniciación.

A través del conocimiento mutuo, el entrenador puede enseñar muchas más cosas que las habilidades y reglas del fútbol. Es importante que sea deportivo y humilde tras una victoria y reconocer la justicia en la derrota y también el primero en respetar las reglas internas del equi­po y del fútbol. Es el entrenador quien debe enseñar a sus jugadores como se deben afrontar las situaciones cuando algo sale mal Los fut­bolistas de iniciación se verán influidos por lo positivo o lo negativo que el entrenador les comente y ejemplifique. (p.57, 58, 59, 60, 61,62).

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